El cazador en el bosque. Pablo Neruda

EL CAZADOR EN EL BOSQUE

Al bosque mío entro con raíces,con mi fecundidad: De dónde vienes?, me pregunta una hoja verde y ancha como un mapa.
Yo no respondo.
Allí es húmedo el terreno y mis botas se clavan, buscan algo, golpean para que abran,pero la tierra calla.
Callará hasta que yo comience a sersubstancia muerta y viva, enredadera,feroz tronco del árbol erizado o copa temblorosa.
Calla la tierra para que no sepansus nombres diferentes, ni su extendido idioma,calla porque trabaja recibiendo y naciendo: cuanto muere recoge como una anciana hambrienta:todo se pudre en ella,hasta la sombra,el rayo,los duros esqueletos,el agua, la ceniza,todo se une al rocío,a la negra llovizna de la selva.
El mismo sol se pudre y el oro interrumpido que le arrojacae en el saco de la selva y pronto se fundió en la amalgama, se hizo harina,y su contribución resplandeciente se oxidó como un arma abandonada.
Vengo a buscar raíces,las que hallaron el alimento mineral del bosque,la substancia tenaz, el cinc sombrío,el cobre venenoso.
Esa raíz debe nutrir mi sangre.
Otra encrespada, abajo,es parte poderosadel silencio,se impone como paso de reptil: avanza devorando,toca el agua, la bebe,y sube por el árbol la orden secreta:sombrío es el trabajo para que las estrellas sean verdes.

P. Neruda.

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